Una joven atrapada robando lencería es seducida por el dueño de la tienda, comenzando con una mamada ruda y llorando de placer.
Una joven fue pillada en una cámara oculta robando lencería de una tienda.El encargado del comercio, que tenía un fetiche secreto por el BDSM, decidió aprovechar la situación a su favor.Amenazaba con contárselo a la familia por el incidente a menos que ella aceptara cumplir sus deseos morbosos.La mujer, temiendo las consecuencias, accedió de mala gana y fue llevada a su casa.Nada más llegaron, el encargado la ató y la obligó a practicarle sexo oral.Tras el shock inicial, la mujer comenzó a disfrutar de la experiencia e incluso inició acciones más intensas.Luego la llevaron a un dormitorio donde fue follada en varias posiciones, incluyendo vaquera, por detrás y misionera.La mujer lloró durante el encuentro, pero también experimentó placer.El fetiche de los encargados quedó satisfecho, y la mujer quedó con una advertencia de no participar de nuevo en tal comportamiento.
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