Encantándome en la doble penetración, mi amante y yo invitamos a mi esposo a presenciar mi éxtasis con otro hombre.Sin remilgos se rinden ante el placer dejándolo embobado.
En un toque tentador, invité a mi esposo a que se uniera a mí como observador en un encuentro caliente con otro hombre, la emoción de ser observado mientras era complacido por la herramienta de otro hombre era estimulante.Como la tensión se construyó, podía sentir su anticipación y deseo.Llegó el momento en que llegué al pináculo del placer, y con un suave gemido, mi cuerpo se convulsionó en éxtasis.La vista de mí alcanzando el clímax mientras era penetrada por otro hombre era una vista que había anhelado.Su excitación era palpable, y no podía esperar a unirse a la acción.Mientras me recreé en el resplandor de mi orgasmo, él intervino, ansioso por continuar la aventura erótica.La visión de mí, que brillaba por mi reciente clímax, fue una vista que no pudo resistir.La emocionante experiencia de ser un cornudo, presenciandome en un momento tan íntimo, fue un fetiche suyo.La vista que me estaba complaciendo con otro hombre.La sensación de doble penetración, y la vista de mi sonrisa satisfecha era una mirada que había estado deseando.
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