Mis padrastros me estaban mirando, su deseo claro.Soy dubitativo, pero insiste.Su gorda y peluda barriga me repele, pero doy.El prohibido acto me deja sacudido, pero curiosamente excitado.
En un intento por darle sabor a su vida amorosa, nuestro protagonista decide consultar a su confidente más cercano, su padrastro.El hombre mayor, con un brillo diabólico en sus ojos, sugiere que prueba algunas escapadas sexuales salvajes.El joven, intrigado por la propuesta de su padrafo, se siente atraído por la idea de explorar este nuevo mundo de placer carnal.La escena se traslada a una habitación con poca luz, donde el padrastro, ahora desnudo de su ropa interior, llama a su hijastro para unirse a él.El ambiente es grueso con anticipación mientras el hombre más joven titubeantemente avanza.El padrastro , con una sonrisa, baja su ropa interior , revelando su miembro palpitante. La vista envía una sacudida de deseo a través del joven, que ya no puede resistir más.Se arrodilla metiéndole la polla a su padrastro en la boca.La habitación se llena de gemidos de placer mientras el hombre maduro empuja sus caderas hacia adelante.El padrastro, a su vez, alcanza a su yerno, desnudándolo y explorando su cuerpo con manos ansiosas.Los dos hombres, perdidos en la lujuria, se embarcan en una aventura sexual salvaje, sin dejar ningún rincón de la habitación inexplorado.
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