Sofi Ryan, mi madrastra, inicialmente se resiste a mis avances, pero luego procede a darme una paja y una paja cubana.Su reticencia inicial solo aumenta la intensidad de nuestro encuentro.
Siempre he sido un poco niño salvaje, así que no es de extrañar que me haya encontrado poniéndose a tono con todo tipo de cosas traviesas con mi madrastra, Sofi Ryan.Un día, mientras me tumbaba en el sofá, mi madrastro se acercó y comenzó a acariciar mi polla dura.Fue una sensación extraña al principio, pero pronto me encontré disfrutando.Ella luego procedió a darme una sensual cogida de tetas, sus manos explorando habilidosamente cada centímetro de mi cuerpo.No pude evitar gemir de placer mientras continuaba chupándome y acariciándome, su toque se hacía más intenso con cada momento que pasaba.Fue un encuentro salvaje que me dejó completamente satisfecho, y sabía que volvería por más.
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