Durante una perezosa siesta de tarde, me encontré con una mamada sorpresa de mi madrastra. El encuentro fue una mezcla de shock, emoción y placer. Sus gordas curvas europeas y grandes tetas hicieron que la experiencia fuera inolvidable.
Llegué de trabajar a casa y mi madrastra dormía en el sofá.Quería tener sexo con ella, pero no quería despertarla.Entonces, decidí quitarle la ropa y chupar sus grandes tetas.Al principio ella fingió estar dormida, pero luego despertó y comenzó a darme una mamada.Fue muy caliente y me dieron unas fuertes ganas de follarla.La empujé en el soí y abrí sus piernas para coger su coño.Luego, empujaba mi polla dentro de su coño y empecé a follársela.Ella gemía de placer, porque llevaba mucho tiempo sin follar.La follé muy duro y lo disfrutaba mucho.
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