Un hombre se entrega al auto-placer en casa, su mano acaricia hábilmente su eje endurecedor. La habitación se llena con el aroma embriagante de la lujuria y la liberación inminente, mientras lucha por contenerse.
No me encanta nada más que tumbarme en mi acogedora morada, disfrutar de algún auto-placer para pasar el tiempo.La sensación de mis dedos que se deslizan sobre mi miembro palpitante, la anticipación se edifica con cada golpe, es una sensación que es imposible resistirse.Es un baile de placer y dolor, un delicado equilibrio entre el placer que busco y el dolor que lo acompaña.He explorado cada centímetro de mi cuerpo, cada grieta y curva, en busca del lugar perfecto para tocar.Y déjame decirte, lo he encontrado.Es un lugar que, cuando me estimulan justo, envía ondas de placer deslizándose por mi cuerpo, haciéndome gemir y estremecer de gusto.Es una vista para contemplar, un testimonio del poder del amor propio y el encanto del cuerpo humano.Así que, si alguna vez te sientes estresado o necesitas una liberación, te recomiendo encarecer el placer del auto-placemiento.
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