Después de una ducha caliente, descubrí a mi vecino espiando por un agujero. Aprovechando la oportunidad, le di un tirón a mi gran culo, lo provoqué con mi masturbación hasta que llegó al clímax.
En un atrevido acto de exhibicionismo, me encontré disfrutando del auto-placer mientras me agachaba en mi patio de patio trasero.Poco lo sabía, mi vecino estaba a solo unos pies de distancia, viéndome a través de sus binoculares.La vista de mi gran culo y los movimientos rítmicos lo tenían cautivado.Al llegar al clímax, él no pudo resistirse, pero para grabar mi momento íntimo.La vista del objetivo de su cámara asomarse por la valla solo alimentó mi excitación.En un movimiento audaz, decidí poner un espectáculo para él, bajando la cremallera de mi pantalón para revelar mi enorme polla negra.La vista la reacción de mi vecinito no tenía precio, sus ojos bien abiertos con incredulidad y deseo.Le di una actuación tentadora, acariciando mi grueso miembro para su beneficio.La visión de su mano moviéndose rápidamente sobre su propia polla endurecida fue un testimonio del poder de nuestra excitación compartida.Cuando finalmente la solté, supe atesorar el recuerdo de mi semen tanto como atesoré la emoción de la actuación.
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