Después de tropezar conmigo dándome placer, mi hijastro me obligó a un encuentro sexual. Sucumbí, disfrutando de sus deseos, esperando un intercambio mutuo de satisfacción. Su palpitante hombría encontró mi anhelante abrazo.
En un toque tentador, me encontré en un encuentro caliente con mi hijastro.Fue un giro inesperado de los acontecimientos que llevaron a una intensa sesión de seducción.A medida que nos acogíamos en la cama, nuestros cuerpos se entrelazaron en un baile de deseo.Lo provocaba, revelando mis activos naturales y encendiendo un fuego dentro de él.Sus manos exploraban cada centímetro de mí, sin dejar ninguna parte intacta.Mientras tomaba el control, su miembro palpitante se hundió en mis profundidades, llenándome con su hombría.El placer fue abrumador, y me encontré anhelando más.Con cada embestida, me llevó a nuevas alturas de éxtasis.La vista de su excitación y el sonido de sus gemidos avivaban mi lujuria.A cambio de sus esfuerzos, le ofrecí la recompensa final - mi boca, lista para devorar hasta la última gota de su placer.El clímax fue explosivo, dejándonos a ambos sin aliento y satisfechos.Este fue un placer prohibido que espero que recuerde durante mucho tiempo.
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