Cory, una mujer madura, anhela prohibidamente a su hijastro. Su encuentro tabú en el hotel lleva a un intenso sexo anal y vaginal, que culmina en un clímax compartido.
Después de un caliente encuentro con su hijastro, Cory se encontró en una habitación de hotel, ansiosa por explorar el territorio prohibido de los amores tabú.Cuando se acostó en la cama, no pudo resistir las ganas de disfrutar de una charla sucia, susurrando dulces nadas en su oído.El joven, ahora no su hijo sino un hombre, estaba más que listo para cumplir sus deseos.Con una sonrisa traviesa, comenzó a darle placer, su lengua exploraba cada centímetro de ella.La vista de su miembro palpitante era demasiado para resistirse, y Cory lo tomó ansiosamente en su boca, sus labios trabajaban en su eje con magia.Pero el verdadero placer comenzó cuando él la penetró por detrás, sus manos explorando su cuerpo mientras la follaba.La visión de su gran culo rebotando con cada embestida era demasiado para oponerse, y no pudo evitar llenarla con su semen.
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