Un viernes por la noche, mi esposo inebriado descuida mis antojos carnales. Aprovechando la oportunidad, me entrego a un encuentro caliente con un semental japonés sexy y bien dotado, cumpliendo mis deseos más profundos.
Un viernes por la noche, me encontré en una situación inesperada.Mi esposo después de darme unos tragos, se había quedado dormido en el sofá, dejándome con ansias de algo de acción.Me quedé sola y doliendo por satisfacción.Con una sonrisa pícara, decidí tomar el asunto en mis propias manos.Me deslicé en algo más cómodo y comencé a explorar mi cuerpo, mis dedos bailando sobre mis áreas sensibles.La excitación se acumuló rápidamente, y me encontré perdida en el placer.Al llegar a mi punto álgido, escuché un suave ronquido del sofá.Me miré para encontrar a mi esposo, con los ojos pesados en el sueño.En un momento repentino de audacia, lo invité a unirse a mí.Se despertó con un arranque, sus ojos se llenaron de sorpresa y deseo.Nunca lo había visto tan excitado antes.No perdió tiempo en tomar el control, guiándome a través de un salvaje paseo de pasión.La habitación resonó con nuestros gemidos mientras satisfacíamos nuestros deseos juntos.Era una noche que ninguno de los dos olvidaríamos.
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