Dándome una fantasía tabú, entro al baño para encontrar a mi hijastra complaciéndose a sí misma. Como figura paterna, me desconozco pero no puedo resistir el encanto. Nos involucramos en un encuentro apasionado, cumpliendo nuestros deseos más profundos.
En las primeras horas de la mañana, me encontré en el lavabo, llamando a la naturaleza.Al estar a punto de aliviarme, escuché el agua corriendo en el puesto de ducha adyacente.Inicialmente, supuse que era mi esposa, pero al asomarse a través de la opaca cortina de ducha, me encontró con una vista inesperada.Allí estaba mi hijastra, sus mechones rubios caían en cascada por sus hombros, los ojos se llenaban de un travieso brillo.Ella juguetona me provocaba, preguntando si estaba allí para unirme a ella.El atractivo prohibido era demasiado fuerte como para resistirnos.Nos entregamos a un baile tabú, explorando los cuerpos de cada uno en los confines de nuestro baño.La experiencia era electrizante, una mezcla de inocencia y lujuria, dejándonos a ambos sacudidos y satisfechos.Fue un encuentro fantástico que deseo repetir, un sabor tentador de la fruta prohibida.
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