Después de clase, provoco seductoramente a mi profesora en su oficina, usando solo mis bragas.Ella es impotente para resistirse y nos involucramos en sexo apasionado y tabú, culminando en un final climático.
En el corazón de la ciudad, un joven estudiante entró ansiosamente en la oficina de sus profesores, con el corazón follando anticipadamente.El aula quedó atrás mientras ascendían a un santuario privado, un lugar donde las reglas se doblaban y los deseos se cumplían.El profesor, una belleza despampanante en su falda ajustada a su forma y el tentador tanga, estaba más que listo para complacer a su ansiosa pupila.Su falda se montó, dejando ver un tentador vislumbre de su delicioso culo, enfundado en una tanga apenas-ahí.La vista fue suficiente para volver salvaje al joven, con los ojos bebiendo en la vista.Sus manos, incapaces de resistir, trazaron la curva de su culo, su toque enviando olas de placer a su paso por ella. La habitación se llenó del dulce aroma de su pasión compartida, el aire espeso del deseo.El maestro, su cuerpo arqueado en éxtasis, pronto se llenió del cálido abrazo de su semen, un testimonio de su placer compartido.La oficina, una vez un lugar de aprendizaje, se había convertido en un templo de delicias carnales, un santuario de placer donde los límites del deseo se empujaban a sus límites.
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