Después de un agitado día de trabajo, mi jefe me envió a un hotel.Inicialmente dubitativa, accedí a un baño, lo que llevó a que me seducira.Incapaz de resistirme, me rindí a su gran polla, traicionando a mi cónyuge.
Después de un largo día de trabajo, mi jefe me invitó a unirme a él en una habitación de hotel.Poco sabía mi cónyuge, estaba a punto de tomar una decisión muy traviesa.Al entrar en la habitación, me encontré con la vista de mi jefe, ya desnudado y tomando un baño relajante.Su cuerpo musculoso, acentuado por el vapor, era una vista para contemplar.No pude resistir las ganas de darle placer.Me abalanzaba sobre él, arrodillándome para hacerle una mamada profunda y satisfactoria.Sus gemidos de placer solo alimentaban mi deseo.Me llevó a la cama, donde me acostó, su gran verga encontró su camino dentro de mí.El placer era intenso, los sonidos de nuestra lujuria llenaban la habitación.Me tomó por detrás, sus fuertes manos sujetándose de mis caderas mientras me embestía.La vista de mi gran culo rebotando solo lo puso más duro.La vista vestida, desgarrada y esparcida alrededor de la habitación, fue un testimonio del encuentro salvaje.El gusto era abrumador, los recuerdos, inolvidables.
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