Frustrada por la falta de interés de mis esposas, me acosté con su amiga sexy. Un apasionado acto de amor me dejó deseando más. El clímax, una corrida caliente y húmeda en su trasero, valió la pena el riesgo.
Después de una acalorada discusión con mi esposa, me quedé totalmente asqueada por ella.Su amiga se acercó, y me encontré atraída hacia ella, ansiándola de una manera que nunca sentí por mi esposa.La sexy morena, con sus curvas deliciosas, estaba ansiosa por complacerme, y no pude resistirme.Ella se agachó presentándome su culo apretado, y la tomé con ansias.La pasión entre nosotros era intensa, dejando a mi esposa atrás mientras nos entregabamos a nuestros deseos lujuriosos.La otra mujer, ni siquiera una hermana, era insaciable, y yo hacía todo lo que estuviera a mi alcance para satisfacerla.Exploramos cada posición, sin dejar ningunas ganas sin cumplir.El clímax era explosivo, con su apretado coño envolviéndome mientras la llenaba de mi cálida semilla.La vista de ella, mojada y satisfecha, era un espectáculo para contemplar.La traición valió la pena, ya que la otra mujer me dejó más que satisfecho.
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