La cena de Acción de Gracias se convierte en un festín sucio cuando mis hermanastras, Claudia y Monet, satisfacen sus áreas íntimas. Esta fantasía tabú se desarrolla con una sesión de sexo grupal áspera, dejándome agradecida por esta acción de gracias única.
Cada año, espero con ganas el Día de Acción de Gracias no solo por el festín, sino por la tentadora provocación de mis hermanastras con curvas deliciosas.Este año, mi apetito por algo más que el pavo está en un máximo histórico.A medida que la comida llega a su fin, mi hermanastra, una adolescente pequeña, adorable con un destello travieso en su ojo, no puede evitar ligar conmigo.Es una visión de inocencia, pero hay un lado salvaje para ella que solo yo puedo ver.Incapaz de resistirnos, nos dirigimos arriba, dejando atrás a mi otra hermanastra.En su habitación, comienza el verdadero festín.Ella abre la cremallera de su pantalón, dejando al descubierto su coño apretado, invitador.No pierdo tiempo, meto con la lengua.El sabor de ella, la sensación de ella en mí, es intoxicante.Pronto, se une nuestra otra hermanaspa, convirtiéndo esto en un salvaje y tabú de 3 vías.Esta es mi tradición de Acciónde gracias, una celebración anual de lujuria y deseo.Un festín por los sentidos, un sabor de fruto prohibido.Este es mi gratitud, mi tradición de regalo.
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