Después de algunas cervezas, no pude resistir a la esposa de mi amigo. Su culo apretado y su experta garganta profunda me hicieron desear más. Nos entregamos al sexo salvaje, compartiéndola con ansias, culminando en un desorden, satisfaciendo el clímax.
Después de unas cervezas, las inhibiciones se redujeron y la conversación se dio un giro.Mi amigo mencionó casualmente su falta de intimidad con su esposa, lo que llevó a una proposición inesperada.Me vi atraído por ella, sus curvas voluptuosas y el atractivo imposible de resistir.Era la fruta prohibida, y estaba ansioso por darme un mordisco.Lo que siguió fue un intercambio apasionado, nuestra química encendió un deseo ardiente.Como ella me daba placer con ansias, su esposo se unió, su miembro considerable se convirtió en el centro de atención.La habitación llena de gemidos y placer mientras nos complacemos mutuamente, nuestras inhibiciones olvidadas.Nos entrelazamos los tres en un encuentro acalorado, nuestra lujuria nos vuelve locosos.La vista de ella montando a mi amigo fue una vista para contemplar, su amplio culo rebotando mientras ella lo tomaba.El clímax se produjo en forma de un final desordenado, un testimonio de nuestros deseos carnales.Esto fue una lujuria prohibida, un viaje hacia lo más profundo del deseo.
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