En un encuentro caliente en la cocina, desata mis deseos primarios de mi madrastra. Nuestro amor intenso y rudo la deja gimiendo de éxtasis, mientras reclamo su delicioso coño con una pasión desenfrenada.
Siempre he tenido una cosa para mi madrastra.Hay algo en su cuerpo maduro y la forma en que se mueve que me vuelve loca.He estado esperando la oportunidad perfecta para acercarme a ella, y hoy fue el día.Cuando ella estaba sola en la cocina, no pude resistirme más.La agarré, la empujé contra el mesón y comencé a besar su cuello.Ella gemía suavemente, su cuerpo respondiendo a mi tacto.Desbroché el cierre del pantalón y empujó mi polla dura dentro de su coño mojado.La mesa de la cocina se convirtió en nuestra cama, a medida que follamos duro y áspero.Sus gemidos resonaban en la casa, un testimonio del placer que le estaba brindando.No me contuve tomándola con fuerza como quería.La vista de su cuerpo madura retorciéndose de placer fue suficiente para hacerme venir dura, y sabía que esto era solo el comienzo de nuestro asunto tabú.
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